sábado, 23 de julio de 2011

Discapacidad por trastornos mentales en el Perú - Avances y perspectivas en la Rehabilitación


Situación, avances y perspectivas en la atención a personas con discapacidad por trastornos mentales en el Perú

 De acuerdo a los Estudios Epidemiológicos en Salud Mental (EESM) que desarrolla el INSM “HD-HN” desde el año 2002(1), la presencia de al menos alguna discapacidad o inhabilidad en la población general es en promedio del 14%, fluctuando entre 8,3% en las ciudades de la Sierra Rural hasta 26.5% en Lima y Callao (Gráfico Nº 1). En cuanto a las actitudes hacia la persona con trastorno mental, se ha encontrado que la aceptación hacia ellas varía desde un 13.3% en ciudades de la sierra rural hasta 35,1% en ciudades de la costa peruana; la actitud de ayuda hacia ellas estuvo presente desde un 42,8% de personas en ciudades de la costa peruana hasta el 58,7% en ciudades de la sierra rural. Las actitudes de alejamiento fueron reportadas por 14,8% de la población, de indiferencia por 4,3% y el rechazo explícito por 1,8% a nivel nacional (Gráfico Nº 2).


Esta cifras nos muestran que al menos 1 de cada 7 peruanos (3 950 907 personas)(2) tendría algún tipo de discapacidad que dificultaría su desempeño personal, familiar, académico, laboral y/o social. En lo referente a la discapacidad específica por trastornos mentales, se encuentra que la prevalencia de vida de trastornos mentales a nivel nacional que es de 33,7%(1) (9 510 397 personas)(2), lo cual significa que aproximadamente 1 de cada 3 peruanos en algún momento de su vida presentará algún problema de salud mental. Si se examina la prevalencia actual (por ejemplo últimos 6 meses) de cualquier trastorno mental, esta cifra es de 17,6%. A pesar de ser tan frecuente, la brecha del tratamiento o proporción de personas que necesitando atención no la reciben es de 80%, es decir 8 de cada 10 personas(1) con un trastorno mental no reciben tratamiento adecuado. Las razones de ello incluyen dificultades de acceso, oferta, disponibilidad de recursos, estigma y otros factores relacionados, que hacen más complicado su afronte y recuperación con el consecuente aumento de situaciones de discapacidad para dichas personas.

La discapacidad por trastornos mentales se evidencia más en la disminución de las habilidades para las relaciones interpersonales (discapacidad psicosocial), y puede ser desde leve a severa y de carácter momentáneo (trastornos de adaptación, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos), intercurrente (trastornos por conductas adictivas, trastornos de personalidad, estrés post traumático, trastorno bipolar) o permanente (crónica) como es el caso de los denominados Trastornos Mentales Graves (TMG) que incluyen a la esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo y otras psicosis crónicas, incluidas las de causa orgánica. Las distintas discapacidades que generan los trastornos mentales figuran en la Tabla Nº 1.

Las personas con TMG, población de interés fundamental de la rehabilitación en salud mental y que representa el 0,5% de la población a nivel nacional (141 000 personas)(1),(2), son las que menos posibilidades de acceso tienen a la inclusión social y reinserción sociolaboral. Son además, las más estigmatizadas y discriminadas en la sociedad y en las organizaciones civiles (incluidas las que trabajan discapacidad, pues éstas usualmente se enfocan en la ayuda a las personas con discapacidad psicomotora, sensorial o intelectual). De manera similar, el estigma también se percibe en organizaciones municipales, educativas y aún en los servicios de salud en general, que se evidencia por la ausencia un sistema de atención en salud mental que privilegie la atención primaria con capacidad resolutiva frente a estos problemas. Es decir, faltan recursos que hagan posible que las personas con trastorno mental tengan cerca de su domicilio centros y personal de salud capacitado para atender sus demandas de tratamiento, además faltan también centros de atención comunitarios de salud mental con personal especializado que resuelva los casos que no respondan al tratamiento o requieran técnicas y/o intervenciones terapéuticas no disponibles en la atención primaria, dejando a los hospitales generales el nivel de mayor complejidad de atención para casos de emergencia y hospitalización breve, como es la experiencia en otros países de la región que han realizado un proceso de reforma en su atención de salud mental (3), (4).

En nuestro país la disponibilidad de servicios de rehabilitación para personas con trastornos mentales son escasos, intramurales, concentrados en Lima y con capacidad de atención reducida (grupos terapéuticos ambulatorios de 25 a 75 usuarios). En el MINSA existen sólo tres centros especializados a nivel nacional con personal multidisciplinario capacitado en rehabilitación psiquiátrica para personas con TMG: el Hospital Víctor Larco Herrera, el Hospital Hermilio Valdizán y el INSM “HD-HN”. En el Seguro Social (EsSALUD), en los Hospitales G. Almenara y E. Rebagliati existen servicios de Rehabilitación para personas con TMG y Hospital de día para personas con trastornos ansioso depresivos y trastornos de personalidad bajo el modelo de terapias interpersonales y vivenciales.

Frente a esta realidad y con un enfoque integral de redes y fortalecimiento del primer nivel de atención, el INSM “HD-HN” desde el año 2009 está ejecutando proyectos de Rehabilitación en Salud Mental Basada en Comunidad (RSMBC), estrategia de impacto comprobado en otros países, y que se ha empezado en distritos del Cono Norte de Lima Metropolitana y en la Región Ayacucho. El eje central es la capacitación de agentes comunitarios de salud para que brinden terapias básicas de rehabilitación en locales comunitarios, que hemos denominado Centros Comunitarios de Rehabilitación y Reinserción Socioproductiva (CERRS), que aprovechan espacios ya establecidos de organizaciones locales, civiles y/o religiosas que trabajan con personas con trastornos mentales y se les brinda asesoría técnica para el monitoreo y evaluación del impacto de las intervenciones. El primer CERRS se ha establecido el 2010 en la Parroquia Cristo Luz del Mundo en Carabayllo, que cuenta con un programa de rehabilitación psicosocial de más de 12 años de experiencia a cargo de la Hna. Rose Mary Bokenfohr. El proyecto completo incluye la habilitación progresiva en un plazo de 5 años de 01 CERRS en San Martín de Porres, Independencia, Los Olivos, Comas, Carabayllo, Santa Rosa, Ancón y Puente Piedra.
De la misma manera, en la Región Ayacucho, afectada por las consecuencias de la violencia política en las décadas de los 80’s y 90’s y con un 50% prevalencia de vida de trastornos mentales en la población(1), se proyecta establecer 07 CERRS, uno por cada red de salud de la región. El primero en desarrollarse fue el CERRS en el Centro Comunitario Referencial de Salud Mental de Carmen Alto, provincia de Huamanga, luego se instaló el segundo CERRS en la Parroquia del distrito de Tambo, provincia de San Miguel. Para este fin, durante el año 2010, 04 psicólogas de la Región Ayacucho realizaron pasantías de 02 meses para capacitarse en el Departamento de Rehabilitación del INSM “HD-HN” en las diferentes terapias que se desarrollan para rehabilitar en sucesivas fases a las personas con trastornos mentales (Gráfico Nº 3) (4). Los proyectos son coordinados por el Departamento de Rehabilitación del INSM “HD-HN”, junto con la DIRESA, Estrategia Sanitaria de Salud Mental y Cultura de Paz (ESNSMCP) de Ayacucho y organizaciones de la región que trabajan el tema de Salud Mental como la Comisión de Salud Mental de Ayacucho (COSMA), que actualmente bajo la administración de la congregación de Los Hermanos de la Caridad ha mostrado su intención de integrar esfuerzos para implementar un sistema de salud mental para la región, como ya se está desarrollando con asistencia técnica del INSM “HD-HN” en la Región Apurímac, también desde el 2010. El modelo propuesto de RSMBC con niveles de complejidad y resolución se pueden apreciar en el Grafico Nº 4.(5)

En diciembre del 2010, con apoyo de la ESNSMCP del MINSA y el Gobierno Regional de Tacna, se visitó el Centro de Rehabilitación de Salud Mental “San Ramón” en Calana, que funciona como albergue de 19 personas institucionalizadas entre 1 a 50 años, provenientes del antiguo Hospital San Ramón de Tacna; se evaluó las características y adaptaciones arquitectónicas del centro, las posibilidades del personal de salud para desarrollar terapias de rehabilitación y estimular actividades de resocialización con los albergados. Se ha propuesto que el lugar pueda convertirse en un centro que se enfoque en lograr la inclusión y reinserción socioproductiva de sus usuarios. Se encontró que pese a las dificultades logístico-presupuestales hay gran interés de las autoridades y personal de salud de incorporar estrategias de rehabilitación que mejoren la calidad de vida de los albergados.

En resumen, la meta para brindar una adecuada atención a las personas con discapacidad por trastornos mentales es el desarrollo de sistemas descentralizados de atención integral de Salud Mental, efectivos en países vecinos(3),(4), que han dotado de financiación y capacitación de recursos humanos necesarios para generar y fortalecer sistemas de referencia y contrarreferencia, par-ticipación ciudadana y dispositivos o infraestructura necesaria. Por ejemplo, se han establecido centros de salud mental comunitarios y hogares de protección para las personas con trastornos mentales en situación de abandono sociofamiliar, que son los que terminan siendo institucionalizados indefinidamente en los hospitales psiquiátricos, sin alternativas de inclusión en condiciones sumamente desventajosas para mejorar su calidad de vida.

Finalmente, es necesario que los distintos actores sociales involucrados: sector salud, sector educación, sector desarrollo social, autoridades locales y regionales, organizaciones civiles y religiosas, comunidad organizada y las propias asociaciones de usuarios y familiares, asuman cada uno responsabilidades para brindar posibilidades de inclusión y reinserción social y productiva de estas personas. Además, todo ello debe realizarse en un contexto acorde con los derechos humanos, equidad de género, justicia y respeto de los factores de interculturalidad presentes en cada caso y que se amparan tanto en normativa nacional como internacional (6),(7). Del logro de estas alianzas intersectoriales depende el cambio de este panorama desfavorable y así mejorar las alternativas de rehabilitación disponibles, haciéndolas más eficientes y efectivas con enfoque comunitario.
  
Favio Vega Galdós - Médico Psiquiatra
Dpto. Rehabilitación  INSM "HD-HN"

Bibliografía
1. Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” (INSM “HD-HN”). Estudios Epidemiológicos en Salud Mental. 2002 – 2010. Lima-Perú
2. Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Censos Nacionales 2007: XI de población y VI de vivienda. Perú: Crecimiento y distribución de la población- Primeros resultados. Junio 2008
3. Organización Panamericana de la Salud Salud Mental Comunitaria. Levav, Itzhak y otros (Editores), 2da Edición. 2010
4. Organización Panamericana de la Salud. Declaración de Caracas – Reestructuración de la atención psiquiátrica en América Latina. Caracas – Venezuela. Noviembre 1990
5. Departamento de Rehabilitación INSM “HD-HN”. Estrategia de RSMBC – Presentación en Jornadas Científicas por el XXVII aniversario del Departamento de Rehabilitación. Octubre 2010.
6. Ministerio del Mujer y Desarrollo Social (MIMDES). Plan de Igualdad de Oportunidades para las personas con discapacidad 2009-2018. DS. Nº 007-2008-MIMDES. Publicado en El Peruano 23/12/2008.
7. Organismo Andino de Salud – Convenio Hipólito Unanue. Política Andina en salud para la prevención de la discapacidad y para la atención, habilitación/rehabilitación integral de la personas con discapacidad. Lima. ORAS-CONHU; 2010

Mayor información en:
http://www.insm.gob.pe/rehabilitacion.htm
http://dpto-rehabilitacion-insm-hd-hn.blogspot.com/ ; http://www.insm.gob.pe/oeaide.htm

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